miércoles, 3 de febrero de 2010

CUANDO LA VIDA PASA Y QUEDA SÓLO LA EXISTENCIA


Encuentro marchito el paisaje, el horizonte no es aquel que tantas veces lograba descifrar entre las siluetas adormecidas por el rojizo atardecer, ahora es oscuro y se encadena mórbidamente con los agrestes riscos. El viento no sopla mi cara, simplemente restriega en mi cuerpo su fuerza inmisericorde. Mis lágrimas no paran de brotar un instante, el universo entero me mira con ojos de odio tratando de vengar el destino escrito; aquel cuyo relato, narra la desesperanza del corazón.

Fui puente de la tristeza, del dolor y de la amargura. No tuve inconveniente alguno en desperdiciar cada uno de los sueños que la vida misma quiso que tomase. Por un instante había sido el consentido de tantas experiencias y alegrías; sin embargo acá estoy derrotado, con el sinsabor del fracaso y con la cabeza gacha de no haber podido despertar, por un instante, del letargo insensible. He muerto en vida y mi sonrisa, ahora, a lo lejos lejos, se despide y se jacta de mi desdicha, ya que no le interesa seguir iluminando el rostro de un ciego insatisfecho.

Mis manos hechas para acariciar y secar el llanto de aquella linda razón que tenía para vivir, (en circunstancias en que la realidad fuese adversa), fueron mejor sucios medios para aprisionar los sentimientos de quien siempre buscó en mí, su misma razón de ser. ¡oh pena dolorosa! Al igual que la muerte no tienes más sentido que aceptarte y llevar dentro de mi alma el sufrimiento de revivir el pasado y la melancolía que causa la rabia de dejar morir lo eterno.

1 comentario:

  1. Juan, la verdad que deberías ser más constante con el blog...hacés un muy buen ejercicio y una muy buena propuesta...me gusta ese estilo de melancolía, tristeza...parce...bacano que de verdad fueras muy constante...un abrazo y nos seguimos leyendo...

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